Impunidad y complicidad

¿Qué tienen en común las diversas manifestaciones de violencia hacia las mujeres, las desapariciones forzadas, el escándalo de los Papeles de Panamá y la confesión del hacker colombiano que dice haber ayudado a hacer fraude en las elecciones del pasado 2012? La impunidad.

La impunidad es una situación en la que las acciones que resultan dañinas para otras personas quedan sin castigo y sin que se repare el daño. El problema con la impunidad es que tiene una relación directamente proporcional con la cantidad de delitos que se cometen, es decir, mientras mayor sea la impunidad mayor será la cantidad de delitos, y esto es por una cuestión de cálculo de probabilidades: una persona que solo piensa en su propio bienestar, y que se da cuenta de que la manera más rápida de incrementarlo es cometiendo delitos “calculará” la probabilidad de que la atrapen y que le impongan un castigo, y si esas probabilidades son muy bajas casi seguramente se decidirá a cometer el delito.

Un ejemplo concreto es el caso de Yucatán, en el que la probabilidad de que atrapen y metan a la cárcel al culpable de un asesinato es del 99%, por lo que en ese Estado prácticamente no se cometen asesinatos intencionales, y los asesinatos que se cometen son resultado de una acción irracional y son castigados.

En muchos casos la impunidad es fruto de la complicidad. Y los cómplices varían de acuerdo con el tipo de delito: en los casos de violencia hacia la mujer en el trasporte, la vía pública o las redes sociales la complicidad viene de una buena parte de la sociedad que o decide no intervenir, o por el contrario felicita y defiende a los agresores y aprovecha para volver a agredir a las mujeres, especialmente si se defienden y/o denuncian.

En el caso de las desapariciones forzadas en muchos casos es fácil suponer que hay impunidad porque las autoridades encargadas de la procuración de justicia están involucradas de algún modo en la desaparición, por lo que hacen todo lo posible para que no se investigue el asunto y no se resuelva. Es el caso de Ayotzinapa, y también el caso de Tlatlaya y de las numerosas denuncias de tortura y otros tipos de abuso de autoridad que continúan ocurriendo en nuestro país.

Los casos de evasión de impuestos y los fraudes electorales son otro tipo de delitos en los que es claro que las autoridades están involucradas y por lo mismo no quieren que se resuelvan.

De modo que la impunidad es fruto de la complicidad por un lado, pero sobre todo es fruto de la mala calidad de nuestra legislación. Es un lugar común afirmar que en México tenemos las mejores leyes del mundo, pero el problema es que no se aplican, y eso no es cierto, el hecho es que tenemos leyes mal hechas, diseñadas para propiciar la impunidad. Por eso son tan importantes iniciativas como la de la Ley #3de3, que pueden ayudar a abatir la impunidad. Les invito a sumarse a la presión a quienes integran el Senado de la República para que aprueben esa ley de origen ciudadano; en la dirección http://ley3de3.mx/ encontrarán los datos de contacto de todas las senadoras y senadores de México.

Publicado originalmente el 07/04/2016 en http://www.ntrguadalajara.com/post.php?id_nota=35266

 

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